Existe una realidad social no regulada en el país, ni atendida de manera especial por los organismos gubernamentales de Venezuela, tal y como lo son la familia de los reclusos y reclusas. En ningún momento me refiero al tema del recluso en sí, ellos llevan su proceso judicial, me preocupa es su familia, en especial sus hijos. Niños, niñas y adolescentes que crecieron observando hechos de violencia, que desde pequeños muchos se han criado rodeados de armas, maltrato familiar, drogas, alcoholismo y un sin fin de situaciones que el estado, la familia y la sociedad deben dirigir para ellos una atención y protección debida, ya que el joven tiende a emular lo que observa en su entorno, en este sentido los hijos e hijas de los reclusos requieren una asesoría profesional de psiquiatras, psicólogos y terapeutas familiares que les ayuden a superar esta crisis interna, si no lo hacemos entonces jamás lograremos reducir a profundidad el problema de la violencia en nuestro país. No se puede excluir a ningún familiar de los reclusos o reclusas por su condición, eso los llenaría mas de odio y rechazo a la sociedad misma, todos debemos contribuir con un buen consejo, con actividades que luchen contra el ocio, como lo es el deporte, el estudio, la recreación, con la promoción de los valores, con la oportunidad de salir adelante, demostrando que si podemos ser diferentes y podemos avanzar a ser cada día mejor. Muchas otras veces el niño, niña o adolescente no conoce a su progenitor o progenitora, ellos algunos no conocen estrenar uniforme escolar cada año, no conocen que es un cine, no conocen a San Nicolás o el Niño Jesús ya que nunca llego o lo hizo con poca frecuencia, entonces eso le crea un vacio emocional por la falta de la figura paterna o materna en cuestión, y todos esos detalles que afectan el autoestima positivo de toda persona. Ellos desahogan su tristeza y dolor la mayoría de las veces, con bajas calificaciones o poco rendimiento académico, rebeldía, violencia continua, susceptibilidad a lo perjuicioso, por eso creemos fielmente en la creación de diferentes mecanismos como el de los profesionales que les atiendan, crear cátedras de valores en todos los niveles de educación, crear un organismo que atienda esta realidad social que se presenta en nuestra patria, y la incorporación con conciencia de todos los demás ciudadanos en este sentido, no los dejemos solos, ellos son doblemente víctima, no tienen culpa de haber venido al mundo y de vivir esta realidad, son seres humanos víctimas de la crisis social que atraviesa el país y que de todos depende incorporarlos y formarlos para hacerlos ciudadanos de bien. Termino esta nota citando a Pitágoras: “Educad a los niños y no tendrás que castigar a los hombres”
Carlos Calatayud
carloscalatayudvalencia@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario